El Museo Estatal Ruso, inaugurado en 1895 por decreto del último zar Nicolás II y situado en la ciudad de San Petersburgo, alberga la mayor colección de arte ruso del mundo. Impulsada por los zares desde el s. XVIII, la colección cuenta con más de 400.000 obras que ilustran cada uno de los periodos, tendencias y géneros del arte ruso. Iconos, retratos, paisajes, escenas de la vida cotidiana o grandes lienzos de temática histórica; pintura medieval, romántica o realista al modo europeo, obras de vanguardia o del Realismo Socialista; artes decorativas y aplicadas, vestimentas populares dan cuerpo entre todos no sólo a una impresionante colección de arte, sino al fiel retrato de una cultura nacional.
La primera sede en Europa Occidental del Museo Estatal Ruso se establece en Málaga como uno de los grandes hitos de la oferta cultural que otorga a la ciudad un lugar destacado en la escena artística internacional.
Para su sede en Málaga, continuando con este espíritu, se ha elegido el edificio Tabacalera, tal vez la mejor muestra malagueña del estilo regionalista. Erigido en la década de 1920 y rehabilitado recientemente como contenedor de usos culturales, acoge la Colección del Museo Ruso de San Petersburgo/Málaga en una sede equipada para convertirse en un centro de referencia de la cultura rusa en Europa. Este espacio albergará una serie de muestras de larga duración, renovadas cada año, que recorrerán la compleja y fascinante historia del arte ruso y su relación cambiante con la cultura europea, además de ofrecer sucesivas y destacadas exposiciones temporales que completan el discurso expositivo.
El cartelismo político es uno de los fenómenos artísticos más notables de la Rusia revolucionaria. El lenguaje visual de los carteles de este periodo consiste en símbolos impactantes, sencillos y claros, comprensibles para las masas populares.
La Dinastía Románov
22/2/2017 - 21/1/2018
Descendientes del boyardo moscovita, del siglo XIV, Andrei Ivanovich Kobyla, la familia Románov tomó su apellido de Roman Yurev, cuya hija, Anastasia Románova, se convirtió en la primera esposa de Iván el Terrible. Será los hijos del hermano de Anastasia, Nikita, quienes convertirán Románov en su apellido para perpetuar el orgullo por su abuelo Roman, padre de una zarina.
Entre las obras más interesantes de esta exposición figuran las escenas pintadas por los famosos pintores Iliá Repin, Nikolái Gue, Aleksandr Litóvchenko, Vasili Schwartz, Andréi Riábushkin, Vasili Perov, así como de otros artistas que forman parte de la exposición permanente del Museo Ruso.
En esta exposición La dinastía Románov que el Museo Ruso presenta en Málaga se incluyen más de doscientas obras de un periodo que abarca desde el siglo XVII hasta principios del siglo XX, ejecutadas con diversas técnicas, de diferentes formatos y géneros. Retratos solemnes, pinturas históricas y de batallas, vistas de Moscú y de San Petersburgo, mobiliario palaciego y servicios de porcelana, iconos y relojes, estudios de monumentos y trajes de época reconstruyen la imagen de los tres siglos de la era Románov, presentada en secuencia cronológica: desde los acontecimientos que destronaron a la dinastía Ruríkida, que llevaba gobernando desde el siglo IX —el reinado de Iván el Terrible y los Tiempos Tumultuosos— hasta el último emperador, Nicolás II, cuya abdicación en 1917 debido a la presión de los acontecimientos revolucionarios, puso punto final a la monarquía rusa.
EXPOSICIÓN temporal: Carteles de la Revolución
El cartelismo político es uno de los fenómenos artísticos más notables de la Rusia revolucionaria. El lenguaje visual de los carteles de la Revolución de 1917 consiste en símbolos impactantes, sencillos y claros, comprensibles para las masas populares.
Los protagonistas de los carteles eran obreros, soldados del Ejército Rojo y campesinos, que personificaban el poder del pueblo.
Y los atributos omnipresentes eran las herramientas del trabajo: la hoz y el martillo, el arado y la azada. Los principales símbolos utilizados en los carteles de este periodo fueron la bandera roja, personificación de la lucha revolucionaria y la sangre derramada en la conquista de la libertad; el sol, que iluminaba un futuro radiante, y las cadenas, viva imagen de la opresión que el proletariado vencedor conseguía romper.
EXPOSICIÓN temporal Alexéi y Andreas Jawlensky: la aventura del color
Alexéi Jawlensky (1864–1941)
Contemporáneo, correligionario y amigo de Vasilly Kandinsky, Gabriele Münter, Paul Klee y otros famosos artistas de las primeras décadas del siglo XX, Alexéi Jawlensky inició su camino como creador en Rusia, estudió junto con Iliá Repin y admiró los lienzos de Valentín Serov, Konstantín Korovin y otros maestros del realismo y del impresionismo.
A diferencia de Vasilli Kandinsky y Paul Klee, Jawlensky se inspiró sobre todo en la realidad, en la naturaleza, los seres humanos y sus rostros, que reflejaban sus estados de ánimo y sentimientos.
Su hijo es Andreas Jawlensky (1902-1984), que hasta 1923 llevó el apellido de su madre -“Nesnakomoff”- A Andreas le interesaba mucho más que a su progenitor el mundo que lo rodeaba: la naturaleza, la gente y la vida.
Sus obras se caracterizan por el predominio del color, del sol y del aire. Poseedor de un estilo genuino y de un repertorio temático propio, la obra de Andreas Jawlensky constituye una interesantísima página del arte europeo de mediados del siglo XX.
El Museo se encuentra en el edificio de la Real Fábrica de Tabacos de Málaga. Se eligió la llamada Huerta de San Rafael para la construcción de once pabellones entre 1923 y 1927 por la Compañía Tabacalera, con el mismo proyecto que en la ciudad de Tarragona y los mismos arquitectos, aunque no comenzó a funcionar hasta 1932. Es de estética regionalista con elementos renacentistas, una corriente artística decimonónica en respuesta a una búsqueda de identidad arquitectónica nacional.
Arquitectos: Juan Francisco Delgado y Carlos Dendariena.
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