"Canción a las ruinas de Itálica", de Rodrigo Caro (1573-1647)
Estos, Fabio, ¡ay dolor!, que ves ahora
campos de soledad, mustio collado,
fueron un tiempo Itálica famosa.
Aquí de Cipión la vencedora
colonia fue; por tierra derribado
yace el temido honor de la espantosa
muralla, y lastimosa
reliquia es solamente
de su invencible gente.
Sólo quedan memorias funerales
donde erraron ya sombras de alto ejemplo
este llano fue plaza, allí fue templo;
de todo apenas quedan las señales.
Del gimnasio y las termas regaladas
leves vuelan cenizas desdichadas;
las torres que desprecio al aire fueron
a su gran pesadumbre se rindieron.
Este despedazado anfiteatro,
impío honor de los dioses, cuya afrenta
publica el amarillo jaramago,
ya reducido a trágico teatro,
¡oh fábula del tiempo, representa
cuánta fue su grandeza y es su estrago!
¿Cómo en el cerco vago
de su desierta arena
el gran pueblo no suena?
¿Dónde, pues fieras hay, está, el desnudo
luchador? ¿Dónde está el atleta fuerte?
Todo desapareció, cambió la suerte
voces alegres en silencio mudo;
mas aun el tiempo da en estos despojos
espectáculos fieros a los ojos,
y miran tan confusos lo presente,
que voces de dolor el alma siente,
Aquí nació aquel rayo de la guerra,
gran padre de la patria, honor de España,
pío, felice, triunfador Trajano,
ante quien muda se postró la tierra
que ve del sol la cuna y la que baña
el mar, también vencido, gaditano.
Aquí de Elio Adriano,
de Teodosio divino,
de Silo peregrino,
rodaron de marfil y oro las cunas;
aquí, ya de laurel, ya de jazmines,
coronados los vieron los jardines,
que ahora son zarzales y lagunas.
La casa para el César fabricada
¡ay!, yace de lagartos vil morada;
casas, jardines, césares murieron,
y aun las piedras que de ellos se escribieron.
Fabio, si tú no lloras, pon atenta
la vista en luengas calles destruidas;
mira mármoles y arcos destrozados,
mira estatuas soberbias que violenta
Némesis derribó, yacer tendidas,
y ya en alto silencio sepultados
sus dueños celebrados.
Así a Troya figuro,
así a su antiguo muro,
y a ti, Roma, a quien queda el nombre apenas,
¡oh patria de los dioses y los reyes!
Y a ti, a quien no valieron justas leyes,
fábrica de Minerva, sabia Atenas,
emulación ayer de las edades,
hoy cenizas, hoy vastas soledades,
que no os respetó el hado, no la muerte,
¡ay!, ni por sabia a ti, ni a ti por fuerte.
Mas ¿para qué la mente se derrama
en buscar al dolor nuevo argumento?
Basta ejemplo menor, basta el presente,
que aún se ve el humo aquí, se ve la llama,
aun se oyen llantos hoy, hoy ronco acento;
tal genio o religión fuerza la mente
de la vecina gente,
que refiere admirada
que en la noche callada
una voz triste se oye que llorando,
"Cayó Itálica", dice, y lastimosa,
eco reclama "Itálica" en la hojosa
selva que se le opone, resonando
"Itálica", y el claro nombre oído
de Itálica, renuevan el gemido
mil sombras nobles de su gran ruina:
¡tanto aún la plebe a sentimiento inclina!
Esta corta piedad que, agradecido
huésped, a tus sagrados manes debo,
les do y consagro, Itálica famosa.
Tú, si llorosa don han admitido
las ingratas cenizas, de que llevo
dulce noticia asaz, si lastimosa,
permíteme, piadosa
usura a tierno llanto,
que vea el cuerpo santo
de Geroncio, tu mártir y prelado.
Muestra de su sepulcro algunas señas,
y cavaré con lágrimas las peñas
que ocultan su sarcófago sagrado;
pero mal pido el único consuelo
de todo el bien que airado quitó el cielo.
Goza en las tuyas sus reliquias bellas
para envidia del mundo y sus estrellas.
Itálica es una antigua ciudad romana situada en el actual término municipal de Santiponce (Sevilla), en Andalucía.
La ciudad romana fue fundada en el año 206-205 a.C., en un hábitat indígena de la Turdetania que se remonta al menos al siglo IV a.C. Dentro de su término hay yacimientos e indicios de su ocupación muy anterior, entre ellos argáricos y griegos.
La importancia de la ciudad en parte se debe al nacimiento en ella de tres emperadores: Trajano, Adriano y Teodosio.
Se encuentra en la zona alta del Aljarafe, en la ribera oeste del río Baetis, ubicada a medio camino entre las también ciudades turdetanas de Hispalis (Sevilla) e Ilipa (Alcalá del Río, SE), y seguramente portuaria.
El anfiteatro de Itálica se construyó en la época del emperador Adriano, aproximadamente entre los años 117-138 y fue uno de los más grandes de todo el imperio romano. Con una capacidad de 25.000 espectadores y unas medidas totales de 156 x 134 m, disponía de tres niveles de graderío. Bajo el nivel del antiguo suelo de madera del anfiteatro había un foso de servicio para los diferentes espectáculos de gladiadores, denominados munus gladiatorum y luchas contra fieras, llamadas venationes.
El graderío, cavea estaba dividido en tres secciones, la ima, media y summa cavea, separadas por unos pasillos anulares denominados praecinctiones. La primera, la ima cavea, disponía de 6 gradas, con 8 puertas de acceso, y estaba reservada a una clase dirigente. La segunda, la media cavea, estaba destinada a la población más humilde, tenía 12 gradas y 14 puertas de acceso. La summa cavea, cubierta por un toldo, estaba reservada solamente para albergar a niños y mujeres.
El anfiteatro contaba además con varias salas dedicadas al culto de Némesis y de Dea Caelestis.
La arena tiene dos accesos principales: al este, la puerta triunfal, por donde ingresaba el cortejo de los combatientes; y al oeste, la "libitinaria", destino de los caídos en el encuentro. A lo largo del su eje mayor se dispone la "fossa bestiaria", sótano destinado a albergar distintos servicios de los juegos y, sobre todo, las jaulas de los animales, que eran elevadas hasta la arena en el momento preciso.
Su ubicación en una vaguada por donde previamente discurría un arroyo obligó a los ingenieros romanos a diseñar un complejo sistema de canalizaciones subterráneas para que el terreno se mantuviera siempre seco. Quizá el colapso parcial de estas cloacas influyó en el abandono del edificio.
En una de las habitaciones laterales encontramos una copia de la Tabula Gladiatoria, cuyo original se conserva en el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. Se trata de una placa de bronce, de 155 x 62 cm, que tiene grabadas una serie de disposiciones sobre la celebración de espectáculos en la arena, dictadas por el emperador Marco Aurelio. Fue encontrada en Itálica en 1.888, aunque se ignora el lugar concreto.
En este documento se advierte que los emperadores invierten el dinero que recaudan de los juegos y no se lucran personalmente de los beneficios que los mismos generan.
Así mismo se recomienda, entre otros aspectos, que se rebajen los precios de los espectáculos en los que participan gladiadores, estableciendo unas tarifas máximas de precios, según la categoría de los luchadores y de los munera o combates en los que intervenían. Se lamentan de las enormes ganacias de los lanistae y de los millones de sestercios que éstos deben al fisco.
Lápida votiva con representación de plantas de pies: En las lápidas aparece por lo general el nombre del dedicante y el de la divinidad. En el caso de Itálica, Némesis y "Dea Caelestis", diosas de la venganza o la justicia divina, son las reseñadas en las inscripciones del anfiteatro, e Isis, en las del teatro. Se caracterizan por contener uno o más pares de huellas de pies, interpretadas como signos de la presencia del autor de los votos y de la propia divinidad.
Entre los restos de lo que fue la nova urbs se destacan el anfiteatro, el supuesto templo de Trajano (Traianeum), las termas llamadas "mayores" o "de la reina mora", y las diferentes casas.
En sus suelos se encuentran innumerables mosaicos, algunos bastante completos y otros se guardan en el Museo Arqueológico de Sevilla, junto con los originales de las esculturas que en Itálica son réplicas, Diana, Venus...
Las vías, destinadas al tránsito rodado, se adaptan a las pendientes de la ondulada orografía italicense, pero en las aceras, siempre porticadas, se suavizan los desniveles gracias al empleo de superficies escalonadas.
El viario observable hoy se corresponde con la ampliación urbana acometida en el siglo II. De la ciudad anterior sólo hay datos fragmentarios procedentes de los vestigios hallados en el caserío de Santiponce.
Las calles de Itálica dan cuenta del carácter monumental de la ciudad. Su trazado es ortogonal, delimitando manzanas construidas rectangulares. Están dispuestas generalmente sobre la red de cloacas y su pavimento está conformado por losas de Tarifa.
En el esplendor de la Itálica de Adriano, se construyeron en la ciudad nueva casas de importantes y ricas familias locales, algunas de las cuales serían sin duda senatoriales que, además de seguir el esquema tradicional de la casa romana, con un patio interior del que luego derivarían los patios de las casas andaluzas, poseían la estética helenística predominante de la época.
Los establecimientos llamados "tabernae", ocupan los locales dispuestos en torno a los edificios residenciales.
Las "tabernae" solían disponer de una planta baja abierta a las aceras porticadas, donde estaba instalado el negocio, y de un piso superior al que se accedía a menudo por medio de escaleras de madera, donde se ubicaba la vivienda.
Se ha podido identificar la funcionalidad de algunos establecimientos: una panadería con sus hornos en la manzana de la casa del Planetario; otro horno de pan de menor entidad en la de los Pájaros; una "fullonica" o lavandería en la casa llamada "del patio rodio"; un "thermopolium" o despacho de bebidas y comidas calientes; una zapatería; y un taller de artesanos del hueso y el marfil, materiales muy usados en el ornato femenino.
Horno |
Escultura de Trajano: Esta es una réplica de la que se encuentra en el Museo Arqueológico de Sevilla, encontrada por Francisco de Bruna en unas excavaciones realizadas en Itálica en 1788.
El Trajano de Itálica se inscribe dentro de un modelo de representación del poder imperial basado en un desnudo heroico e ideal con aspiraciones divinas.
Realizada en Mármol Blanco [Paros Lichnites].
Altura = 220 cm
Profundidad = 56 cm
Anchura máxima = 71 cm
Marco Ulpio Trajano Crinito fue un emperador romano que imperó desde el año 98 hasta su muerte en 117. Fue el primer emperador de origen no itálico. Inició la tradicionalmente llamada dinastía Antonina o, según reciente propuesta, Dinastía Ulpio-Aelia.
Trajano es conocido sobre todo por su amplio programa de construcción de edificios públicos, que reformaron la ciudad de Roma y dejó numerosos monumentos perdurables como el foro de Trajano, el mercado de Trajano y la Columna Trajana. Sin embargo, fue como comandante militar por lo que celebró sus mayores triunfos.
Y aquí, los mosaicos... muchos muchos...
Un mosaico (del latín mosaĭcum [opus], [obra] relativa a las Musas, artística) es una obra pictórica elaborada con pequeñas piezas de piedra, cerámica, vidrio u otros materiales similares de diversas formas y colores, llamadas teselas, unidas mediante yeso, u otro aglomerante, para formar composiciones decorativas geométricas o figurativas.
Los romanos construían los mosaicos con pequeñas piezas llamadas teselas, de ahí que se refiriesen a ellos también como opus tessellatum. Las teselas son piezas de forma cúbica, hechas de rocas calcáreas o material de vidrio o cerámica, muy cuidadas y elaboradas y de distintos tamaños. El artista las disponía sobre la superficie, como un puzzle, distribuyendo el color y la forma y aglomerándolas con una masa de cemento.
Arriba: Casa de los Pájaros, área del peristilo. En torno a un emblema, casi totalmente perdido, se dispone la representación de treinta y tres especies diferentes de aves insertas en un cuadrado de marco geométrico. Fue la primera vivienda totalmente excavada del conjunto de Itálica. Desde la puerta se accede a un vestíbulo -vestibulum- que comunica inmediatamente con la "fauces" de acceso al "peristilium" o patio porticado con pozo, centro de distribución de la casa. Consta de un pasillo cubierto, de planta rectangular que rodea al patio y al que abren las puertas de las estancias. Para la sujeción de la cubierta se utilizan columnas. Al fondo se encuentra el "triclinium", flanqueado por dos patios descubiertos -exedra- uno con fuente y otro con piscina. También en esta zona se localizan las otras estancias principales, todas ellas pavimentadas con excelentes mosaicos.
En las alas de la casa se encuentran las habitaciones del servicio, las cocinas y desagües. En la izquierda de la casa se encuentra el cubiculum pavimentado con un mosaico con pájaros que da nombre a la domus. Por último en la fachada principal se abren algunas estancias al exterior, una de ellas con horno, que eran tiendas -tabernae- asociadas a la vivienda.
Este mosaico representa una ciudad murada con torres, posiblemente la capital del reino de Minos, puesto que en el interior se dispone un laberinto que ciñe un emblema central donde en su día estuvo representado el héroe ateniense Teseo, vencedor del Minotauro.
El cuadro principal está enmarcado por una cenefa conformada por esvásticas entrelazadas. Un rectángulo con motivo geométrico bícromo de círculos secantes completa el pavimento. Minos, rey de Creta, recibía periódicamente siete jóvenes y siete doncellas atenienses como compensación por la muerte de uno de sus hijos en Atenas. Tan sólo podían regresar a su ciudad si salían con vida del laberinto del Minotauro, engendro mitad hombre mitad toro. Sólo consiguió salir el héroe Teseo, quien, tras vencer al monstruo, escapó gracias al ovillo de hilo que recibió de Ariadna, hija del rey. Huyeron juntos de Creta pero la joven fue abandonada por el ateniense mientras dormía en una playa. Dioniso la encontró y, fascinado por su belleza, se casó con ella y la condujo al Olimpo, morada de los dioses.
Más arriba se observan otros mosaicos similares.
Abajo: Mosaico de Neptuno: En un área termal, representa al dios Neptuno y su cortejo de criaturas marinas; todo en blanco y negro, salvo la figura policromada del dios.
Neptuno aparece representado con tridente, conduciendo una biga tirada por hipocampos; a su alrededor, centauros, carnero, toro y otros animales terrestres han sido transformados en habitantes del mar, al sustituir sus cuartos traseros por colas de pez. Conviven en las profundidades acuáticas con delfines, peces, moluscos y crustáceos.
Han sido excavadas en esta área un Tepidarium y un Caldarium, que conservan los pilares de ladrillo del Hypocaustum, y un sector del área fría, o Frigidarium, decorado con el mosaico que da nombre al inmueble y que se cuenta entre los principales de la ciudad. La presencia del área termal, unas salas documentadas hacia el centro del edificio con elaborados mosaicos y, ya en el flanco norte, un aljibe de considerables proporciones, refuerzan la hipótesis de que este gran edificio desempeñó funciones análogas a la de la Exedra, ubicado en la manzana contigua.
En esta misma zona está el de más arriba, el laberinto.
Mosaico de la Casa del Planetario:
Este mosaico romano contiene la representación de los siete dioses asociados a los astros que regían el universo.
Los romanos heredaron del mundo griego la división del día en veinticuatro "horas" -etapas en el recorrido del Sol-, que empezaban a numerarse desde la medianoche, tal como se hace hoy. Su duración variaba según el lugar de observación y la fecha del año. La división del período anual en meses era similar a la nuestra, e incluso los nombres que recibían siguen teniendo vigencia en la actualidad.
Para mencionar los días dentro de cada mes, los romanos se referían a las "calendas" (día primero), las "nonas" (el 5 o el 7) y los "idus" (el 13 o el 15). Más tarde introdujeron también el uso de la semana de siete días.
Edificio residencial de casi 1.600 metros cuadrados de superficie, excluyendo las tabernae que ocupan la mitad occidental de una manzana situada entre el Anfiteatro y el templo dedicado a Trajano. El mosaico que da nombre a esta casa consta de un círculo dentro del cual se distribuyen siete medallones con bustos. Representan las divinidades planetarias que, en el calendario romano, dan nombre a cada uno de los días de la semana. En el centro está Venus (viernes), rodeada de la Luna (lunes), Marte (martes), Mercurio (miércoles), Júpiter (jueves), Saturno (sábado) y el Sol (domingo). Es una de las mansiones destinadas exclusivamente a los notables de Itálica.
Itálica tenía al menos dos complejos termales de carácter público, uno en la ciudad vieja y otro en la ciudad nueva, ambos con piscinas de agua caliente (caldarium), templada (tepidarium) y fría (frigidarium), sudatorio (laconicum) y acaso palaestrae de ejercicio, como era la costumbre, que satisfacían plenamente las costumbres higiénicas de la población romana. Las termas de la ciudad vieja se conocen popularmente como "Menores" o "de Trajano", y son visitables dentro del pueblo. Las termas de la ciudad nueva son las llamadas "Mayores" o "de la Reina Mora", ocupando la extensión de una manzana completa; parece que quedaron inconclusas, y aún se encuentran en parte sin excavar; es de las zonas más expoliadas de la nova urbs.
Las termas mayores eran un centro de ocio que albergaba, junto a otros servicios, los baños públicos. Datan de la época de Adriano, hacia la primera mitad del siglo II. Es un edificio de grandes dimensiones; aproximadamente ocupa una extensión de 32.000 metros cuadrados. Se encuentran en la nova urbs, ocupando la extensión de una manzana completa, aún en parte sin excavar. Todavía se conserva la estructura de la distribución de las piscinas y los hornos. A las termas se accedía a través de una escalinata que daba paso al vestíbulo. Tras éste se halla la piscina con forma de T, con las paredes y suelos revestidos de mármol blanco. A continuación se accede al resto de las habitaciones del baño y en torno a ésta se hallan las habitaciones de servicio y las dependencias. Además de las termas propiamente dichas, con las tres salas (caldarium, tepidarium y frigidarium), el edificio albergaba una biblioteca, sala de masajes, sauna, vestuarios y al sur del cuerpo principal se extendería la palestra que ocuparía casi la mitad de la edificación.
Columna trajana |
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