domingo, 10 de agosto de 2014

Toledo (parte I)

Toledo es un municipio y ciudad de España, capital de la provincia homónima, de la comunidad autónoma de Castilla-La Mancha y antigua capital de Castilla y de España.


La ciudad es puerta de la comarca natural de La Sagra, que tradicionalmente se ha considerado que comenzaba en la propia puerta de Bisagra.
Justo en la puerta nos hospedamos en un hostal familiar y muy acogedor; y desde aquí comenzamos nuestro recorrido fotográfico.

Es conocida con el título de «Nueva» debido a que existe otra puerta cercana (de menor tamaño) llamada Puerta Antigua de Bisagra o la Puerta de Alfonso VI. Su nombre musulmán era bab al Shaqra.

Primero árabe o mudéjar, sufrió una reconstrucción a mediados del siglo XVI, que debió de comenzar hacia 1540; participarían en ella Nicolás de Vergara el Viejo, Juan de Benavides, Eugenio Sánchez y hacia 1547-1548 Alonso de Covarrubias.

Está formada por dos cuerpos independientes con dos altos muros almenados que los unen, formando un patio entre ellos, donde se encuentra una estatua de Carlos V. El lado externo está formado por un arco de medio punto con sillares almohadillados, sobre el que se encuentra un gran escudo de la «Ciudad Imperial», con su inconfundible águila bicéfala, además de un frontón con una escultura de un ángel custodio. Flanquean esta entrada dos grandes torreones circulares. El cuerpo que da a la ciudad tiene otra puerta de arco de medio punto, flanqueada por dos torreones cuadrados rematados por tejados piramidales.


Toledo es conocida como «La ciudad Imperial» por haber sido la sede principal de la corte de Carlos I y también como «la ciudad de las tres culturas», por haber estado poblada durante siglos por cristianos, judíos y musulmanes.

La ciudad está situada en la margen derecha del Tajo, en una colina de cien metros de altura sobre el río, el cual la ciñe por su base, formando un pronunciado meandro conocido como Torno del Tajo.


Muy cerca de la Puerta de la Bisagra encontramos la Iglesia de Santiago del Arrabal. Es una de las mejores muestras del mudéjar toledano. 


Tiene muros de mampostería y ladrillo con puertas enmarcadas en arcos de herradura polilobulados. El ábside es triple con tres pisos de arcos de distintos tipos (de medio punto, apuntados y polilobulados). En el interior hay símbolos árabes como la mano de Fátima o inscripciones en el techo de madera. Los arcos de las naves son góticos, igual que la bóveda del crucero. El retablo es renacenista con decoración plateresca, obra de Francisco de Espinosa con imágenes de las vidas de Cristo y Santiago.

Después pasamos por la Puerta del Cristo de la Luz, junto a la Mezquita del mismo nombre y la Puerta del Sol.

La ermita o iglesia del Cristo de la Luz,  era anteriormente la Mezquita de Bab al-Mardum.


Distintos elementos, principalmente un ábside, se añadideron en el siglo XII, tras la 

conquista cristiana de la ciudad, cuando Alfonso VI cedió el edificio a los caballeros de la orden de San Juan, que establecieron allí una ermita bajo la advocación de la Santa Cruz. Se considera esta ampliación la más antigua muestra de arte mudéjar de que se tiene constancia. El nombre que terminó llevando como templo cristiano proviene de la sustitución del cristo crucificado que se colocó cuando fue consagrada como ermita, por una imagen de la Virgen de la Luz posteriormente desaparecida. 

Leyenda: En el momento de la reconquista de Toledo, cuentan que cuando los ejércitos entraron en la ciudad, el caballo del monarca cayó de rodillas al llegar a la altura de mezquita, donde actualmente vemos marcada con una piedra blanca el pavimento.
El rey intentaba que su corcel se alzara pero al resultar imposible se interpretó como una clarividencia divina, de ahí que se excavara el interior del edificio donde se encontró la imagen de un Cristo Crucificado junto a una lamparilla de aceite que había permanecido encendida durante más de 300 años ya que en este lugar los cristianos toledanos habrían escondido la imagen sagrada para evitar su profanación por parte los musulmanes durante su ocupación.


La Puerta del Sol y de la Luna, tiene un estilo mudéjar y fue construida para dar acceso a la ciudad amurallada. Se trata de una puerta de albarrana, de carácter conmemorativo, de gran influencia Nazarí. Está fechada en el último cuarto del siglo XIV.
El arco de acceso es un arco de herradura y es acogido por un arco de herradura apuntado. Está construida en piedra, sillería y mampostería. Las almenas, los merlones y el friso de la puerta son de ladrillo. Con arcos lobulados entrelazados.

Desde aquí nos desplazamos al Miradero, donde está el Palacio de Congresos de Toledo de arquitectura moderna, realizado por Rafael Moneo.




Desde la misma se disfruta de una magnífica vista sobre el Hospital Tavera y sobre el río. 


El Hospital de Tavera, también conocido como Hospital de San Juan Bautista, Hospital de Afuera o simplemente como Hospital Tavera, es un importante edificio de estilo renacentista. Fue construido entre 1541 y 1603 por orden del cardenal Tavera. Inicialmente empezó a construirse bajo la supervisión de Alonso de Covarrubias, siendo sucedido por otros arquitectos y terminando la obra Bartolomé Bustamante. Actualmente el edificio sigue siendo propiedad de la Casa de Medinaceli y en su interior se encuentra el Museo Fundación Lerma que alberga parte de las colecciones artísticas de dicho linaje, así como la Sección Nobleza del Archivo Histórico Nacional.

El Hospital de Tavera ha sido empleado como lugar de rodaje de películas, desde Viridiana y Tristana de Luis Buñuel hasta La conjura de El Escorial, pasando por la superproducción Los tres mosqueteros de Richard Lester. También se rodaron varias escenas de la series de TVE como Fortunata y Jacinta, rodada en 1980 y basada en la novela homónima de Benito Pérez Galdós, o Águila Roja.

Desde aquí llegamos a la Plaza de Zocodover. Fue el centro neurálgico de la ciudad durante la mayor parte de su historia, actuando como Plaza Mayor de la misma. Una parte de ella fue diseñada por Juan de Herrera en tiempos del reinado de Felipe II.



Desde esta plaza nos dirigimos por la calle Comercio, hacia la Catedral de Santa María de Toledo, llamada también Catedral Primada de España, sede de la Archidiócesis de Toledo, es un edificio de arquitectura gótica, considerado por algunos como la opera magna del estilo gótico en España. Su construcción comenzó en 1226 bajo el reinado de Fernando III el Santo y las últimas aportaciones góticas se dieron en el siglo XV cuando en 1493 se cerraron las bóvedas de los pies de la nave central, en tiempos de los Reyes Católicos. Está construida con piedra blanca de Olihuelas (en el término de Olías del Rey).
Se la conoce popularmente como Dives Toletana (con el sentido de la rica toledana).



La torre fue diseñada y construida por Alvar Martínez, cuyo trabajo llegó hasta la culminación del 4º cuerpo en 1422; no dejó trazas ni dibujos para continuar la coronación.
Es gótica, con alguna influencia mudéjar. Tras una elevada base de planta cuadrada (en cuyo interior se aloja la capilla del Tesoro) se superponen cuatro cuerpos y por encima un quinto cuerpo de menor altura. En el segundo cuerpo tenía su vivienda el campanero y el tercero sirvió de prisión eclesiástica. Entre el primer cuerpo y el segundo se desarrolla horizontalmente un friso de mármol negro donde se ven realzados en mármol blanco los escudos del arzobispo Juan Martínez de Contreras, cuyo mandato fue desde 1422 hasta 1438. La altura total alcanza los 92 m.


Se cree que el edificio obispal visigodo fue trasformado nuevamente para convertirse en la mezquita mayor de la ciudad de Toledo. Algunos investigadores apuntan que la sala de oración de la mezquita se corresponde con el cuerpo de las cinco naves de la actual catedral: el sahn (o patio) coincidiría con una parte del actual claustro y de la capilla de San Pedro y el alminar con la torre de campanas. Entre los datos arqueológicos actuales es posible observar algunos vestigios de la construcción musulmana: una columna islámica empotrada dentro de la capilla de Santa Lucía; los fustes marmóreos que guarnecen el exterior del coro son un aprovechamiento de una antigua construcción musulmana; los arcos entrecruzados de estilo califal en el triforio de la capilla mayor y en el de la girola, coinciden con la tradición constructora musulmana de Córdoba, si bien evidentemente su estructura es de traza cristiana.


La estructura del edificio tiene gran influencia del mejor gótico francés del siglo XIII pero adaptado al gusto español. Mide 120 m de longitud por 59 m de ancho. Consta de 5 naves más crucero y doble girola. Las naves externas presentan una anomalía extraña al ser algo más anchas que las otras dos. La parte más antigua del templo es la cabecera que mantiene en su arquitectura los triforios originales que se extendían a lo largo de las naves de donde fueron suprimidos en una de tantas reformas y evoluciones que sufrió la catedral. Todavía en época del gótico, estos triforios fueron sustituidos por los grandes ventanales-vidrieras. Los que se conservan de la cabecera son de influencia mudéjar. El más bajo está compuesto de arquillos lobulados que descansan en columnas pareadas y el alto presenta unos arcos entrecruzados típicos del mudéjar. No se sabe si estos temas mudéjares existían en la anterior mezquita y fueron copiados como recuerdo o bien se añadieron en una de las mejoras y enriquecimiento de la fábrica, como algo original y de buen gusto.
En la cabecera se encuentra la doble girola que es doble como corresponde a una planta de 5 naves. Esta doble girola es de proporciones grandiosas y está enriquecida por elementos arquitectónicos y por un original abovedamiento.
Cabecera de la catedral de Le Mans donde pueden apreciarse los rectángulos y los triángulos en los tramos de la girola.
Los tramos de la girola correspondientes a las distintas capillas se solucionaron con plantas alternativas de rectángulos y triángulos, lo que hizo que cada capilla fuera de distinto tamaño, más grandes las rectangulares y más pequeñas las triangulares. Esta manera de distribuir la cabecera puede verse en las catedrales francesas de Notre Dame en París, Bourges y Le Mans, siendo esta última la más parecida aunque las tres son más esbeltas en conjunto que la española. Las distintas reformas que se hicieron a través del tiempo alteraron la disposición de algunas de las capillas; en algún caso se reconstruyó una sola capilla en un espacio de tres.


Da la cara a una plaza irregular donde se encuentra el Ayuntamiento y el Palacio Arzobispal. A la izquierda del espectador se encuentra la torre campanario que está rematada por una flecha; tiene dos cuerpos: el inferior, de planta cuadrada, fue diseñado por Alvar Martínez; el superior, octogonal, corresponde a Hannequin de Bruselas. A la derecha puede verse el cuerpo saliente de la capilla mozárabe que ocupa el lugar donde se iba a levantar la segunda torre. Fue mandada edificar por el cardenal Cisneros.


La fachada principal tiene tres portadas, Puerta del Perdón en el centro, Puerta del Juicio Final a la derecha y Puerta del Infierno a la izquierda. La puerta del Perdón es del siglo XV: se comenzó, bajo la dirección de Alvar Martínez, en 1418. Se llama así porque hubo un tiempo en que se concedían indulgencias a los penitentes que entraban por ella. Esta puerta en la actualidad está siempre cerrada y se abre en las grandes ocasiones y cuando el nuevo arzobispo toma posesión de la catedral primada. Tiene un gran arco con seis arquivoltas góticas. Sigue la iconografía clásica del gótico, con la figura del Salvador en el mainel y un apostolado en las jambas, y en el tímpano aparece la Virgen imponiendo la casulla a San Ildefonso, tema muy especial de esta catedral que se repetirá en el interior en capillas y pinturas. Las hojas de la puerta miden más de 5 m de altura y están chapadas en bronce y muy trabajadas; son del siglo XIV. La del Juicio Final es la más antigua, y representa, como su nombre indica, la escena del Juicio Final.
La Puerta del Infierno, en cambio, no presenta motivos iconográficos reseñables, sino solo decoración de tipo vegetal. Se la conoce también como puerta de la Torre o de las Palmas porque antiguamente se reservaba para la entrada de la procesión de las palmas en el Domingo de Ramos.




Arriba: Puerta de los Leones. Del siglo XV y XVI. Es la más moderna de las grandes puertas. Se llama así por los leones que coronan las columnas de la reja que cierra el pequeño compás. Tiene además otros dos nombres:
Puerta Nueva, al ser la última que se construyó.
Puerta de la Alegría, en alusión a la celebración de la Asunción de la Virgen que está representada en el testero del fondo, tras las arquivoltas.
Se construyó entre los años 1460-1466, bajo el mandato del arzobispo Alonso Carrillo de Acuña; con trazas de Hannequin de Bruselas y Egas Cueman en colaboración con los escultores flamencos Pedro y Juan Guas y Juan Alemán, autor del Apostolado. Estos artistas estaban al frente de un gran taller que contaba con prestigiosos canteros y entalladores.
La estatuaria de la puerta es uno de los mejores conjuntos hispano-flamencos del siglo XV, sobre todo la Virgen del parteluz y las estatuas de las jambas. Los querubines y ángeles músicos que acompañan la subida de María a los cielos son obras de arte ejecutadas con gran delicadeza. La fachada fue alterada por Durango y Salvatierra en el siglo XVIII, igual que en las otras puertas, para consolidar el edificio. Los once medallones situados por encima de la última arquivolta representan a profetas y patriarcas; el del centro representa a la Virgen María. Remata la puerta una gran estatua de San Agustín orante.

Seguiremos la visita a Toledo en próximos post, incluida la visita nocturna...
Fuente: Wikipedia.

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