miércoles, 2 de septiembre de 2015

RUTA DE LA PLATA -DÍA 3- CUDILLERO

CAMINO DE SANTIAGO


  • DÍA 3 - Oviedo-Cudillero-Ribadeo-As Catedrais-Mondoñedo-Santiago.


Salimos de Oviedo hacia Cudillero para desayunar allí... Justo antes de llegar hacemos una corta parada para ver el Palacio de Selgás.


La Quinta de Selgas es un conjunto de palacio y finca ajardinada situado en El Pito, pequeña población del concejo de Cudillero (Asturias, España). Se construyó entre 1880 y 1895 por iniciativa de los hermanos Ezequiel y Fortunato de Selgas: el primero, empresario de éxito en Madrid, puso los medios económicos para realizar el proyecto, mientras que el segundo, historiador y aficionado al Arte, fue quien elaboró el trazado, de diseño historicista.


La mansión conserva casi intacta su decoración original, y alberga pinturas de grandes maestros como Goya, El Greco, Luca Giordano, Corrado Giaquinto y Vicente Carducho; las arropa un variado muestrario de muebles, textiles, objetos de orfebrería y vidrio, abanicos y porcelana europea y oriental. Un pabellón vecino remozado exhibe una colección de tapices y acoge exposiciones temporales. Los jardines de 90.000 metros cuadrados suponen un compendio del paisajismo europeo y se cuentan entre los más relevantes de España.


La Quinta está cerrada con un muro en todo su perímetro y cuenta con dos puertas monumentales. La principal se orienta al sur y adopta la forma de un arco triunfal de notable altura rematado en semicírculo. Tiene tres vanos adintelados: uno central más alto, que es la puerta practicable, y dos vanos a los lados que parecen ventanas, al cerrarse con reja sobre zócalo. Sobre la puerta central se ve una hornacina con un busto escultórico, y la flanquean dos relieves copiados de piezas antiguas conservadas en el Museo del Prado: un mármol helenístico de tema báquico, y una escena de niños diseñada por François Duquesnoy.


Exteriormente, la vivienda imita las mansiones francesas del primer Neoclasicismo, de acuerdo al revivalismo de estilos pasados que fue habitual en la Europa del siglo XIX. Es de planta rectangular y consta de planta baja, dos pisos y ático. La fachada principal se ordena verticalmente en tres planos, de los cuales el central avanza ligeramente hacia una escalinata de piedra que desciende al jardín. En cada piso se abren tres puertas: las de la planta baja se rematan en arco de medio punto y las superiores adinteladas (con balcones de forja) se realzan con frontones curvos.


Y llegamos a Cudillero, pueblo pesquero, de casas muy coloridas y puerto marítimo.


Su relieve se divide en tres partes. La primera es la rasa litoral que se eleva unos 100 metros sobre el nivel del mar con unos acantilados a veces rotos por numerosas playas o ensenadas, destacando en su geografía costera el Cabo Vidio (Cabu Vidíu en asturiano). En una segunda parte los valles interiores de gran fertilidad, atravesados por los ríos Esquieru, Uncín, Ferrera y Piñera. Su tercera parte más al sur, es la zona montañosa con sus picos Peñas de Cueto de 783 metros y Pico Paradiella de 720 metros que son las mayores altitudes de concejo.
Parte de su costa está declarada Paisaje Protegido y la turbera de las Dueñas está considerado Monumento Natural.
Tiene buenas comunicaciones como la N-632 y está a una distancia de 56 kilómetros de Oviedo.












A destacar la claridad y transparencia de sus aguas y el colorido del pueblo, acompañado de un día de luz impresionante y un cielo azul perfecto.













Después de desayunar en uno de sus múltiples bares, salimos hacia Ribadeo (primer pueblo de Galicia en nuestro recorrido) para almorzar allí y después dirigirnos a la Playa de Las Catedrales buscando la marea baja para poder acceder a ella.

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